Viviendo con o sin VIH, la batalla la damos todos juntos
La Columna
Por José López Zamorano
Para La Red Hispana
Es
un lugar común afirmar que, si cada uno de nosotros pusiera su “granito
de arena”, tendríamos el poder de hacer la diferencia. Pero los
problemas actuales son tan grandes o complejos que pocas veces notamos
si nuestras acciones individuales ayudan a la solución o se pierden en
un enorme desierto de buenas intenciones.
En
este momento, latinas y latinos de los Estados Unidos enfrentamos un
reto mayúsculo de salud pública en el cual sí tenemos la posibilidad —y
yo diría la responsabilidad— de hacer cambios positivos que tienen el
potencial de ayudar a detener el desproporcional impacto del VIH/SIDA
entre nuestra comunidad.
Las cifras
son reveladoras: una cuarta parte de todos los nuevos diagnósticos del
VIH corresponden a latinos o latinas – a pesar de que somos alrededor
del 18% de la población del país. Pero hay un dato alentador: casi la
mitad de los latinos que viven con el VIH han logrado reducirlo a
niveles indetectables gracias a los tratamientos con antirretrovirales.
Una
nueva campaña de Pinyon Foundation, en conjunto con los Centros para el
Control de Enfermedades (CDC), busca dar un gran paso para empoderar a
quienes viven con el VIH, sensibilizando a la población para no usar
palabras prejuiciosas que tienen el efecto de profundizar la
discriminación social y cultural que enfrentan las personas que conviven
con el virus.
En ocasiones no se
entiende, por ejemplo, la diferencia entre SIDA y VIH. Uno de los
mensajes de la campaña deja en claro que el SIDA no es una condición,
sino un conjunto de condiciones o un síndrome que ocurre cuando el
sistema inmunológico de una persona ha sido debilitado por la infección
del VIH.
Muchos de nosotros hablamos
también de los “contagios” del SIDA, pero otro de los mensajes de la
campaña aclara que el SIDA no se contagia ni se transmite, sino que las
personas se infectan con el virus del VIH, el cual puede “transmitirse”
pero no es hereditario.
Como
periodista he colaborado en la difusión de estas campanas durante varios
años y uno de los aspectos que más llamó la atención de la nueva
edición es que incluye ejemplos de situaciones de la vida diaria
relacionadas con el VIH y ofrece recomendaciones prácticas sobre cómo
responder y enfrentar el estigma.
¿Qué
hacer si un amigo te revela su estatus como VIH positivo? ¿Si un
miembro de tu familia vive con el VIH? ¿Cómo responder si alguien
pregunta si se “contagia” por un beso o un saludo? Las respuestas son
clave, porque las palabras y las actitudes no sólo importan, sino son
catalizadoras a la acción.
La
campaña “Detén el estigma del VIH” parte de una idea simple pero
poderosa: el primer paso para detener el VIH es hablar abiertamente del
tema, estar bien informados y enfrentar el estigma. El segundo paso es
llevar a nuestra vida diaria cambios positivos, evitando las palabras
prejuiciosas y respondiendo apropiadamente, porque finalmente es tarea
de TODOS erradicar el VIH.